¿Qué es la entropía tecnológica y cómo impacta a los usuarios?

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La operación de los grandes bancos implica procesos que no se tienen en aquellas compañías centradas en un mundo digital.

Un artículo de opinión escrito por nuestro CEO, Julian Colombo, donde profundiza en el concepto de «Entropía Tecnológica» y cómo esto impacta en las organizaciones financieras, ha sido publicado de manera exclusiva en el prestigioso medio mexicano Expansión.

Este texto no solo aclara un concepto complejo sino que también ofrece perspectivas valiosas sobre cómo empresas e individuos pueden navegar por un ambiente tecnológico en constante cambio. Te invitamos a leer el contenido y unirte a nosotros mientras exploramos ideas transformadoras y revolucionamos los caminos para un sector financiero más simple y ágil.

Bancos mantendrán participación de mercado pese a mayor digitalización fintech
Mientras que un banco busca proveedores de renombre que den soluciones genéricas, las fintechs tienen la agilidad de construir su propio software o de aliarse con proveedores altamente especializados, señala Julián Colombo. (iStock)

En la última década, la llegada de las fintech generó una irrupción. Los bancos tradicionales destinaron recursos para vencer a los nuevos competidores en el “juego”, sin saber que sus trabas estarían en sus propios sistemas, y que las tecnologías que ven como enemigas podrían ser su solución.

La operación de los grandes bancos implica procesos que no se tienen en aquellas compañías centradas en un mundo digital. Por ejemplo, deben ocuparse de sus sucursales físicas, las apps para sus clientes, los cajeros automáticos, el call center para sus diversos productos, o incluso sus fuerzas de venta para consolidar su cartera en cada uno de los segmentos que ofrecen.

En su interior, la complejidad para manejar su ecosistema es a lo que se le llama entropía tecnológica, que no es más que una desorganización de sus sistemas, con miles de softwares activos (hasta 70,000), que no se comunican de manera adecuada; funcionan de manera intermitente, tienen problemas de estabilidad o, en la marcha vertiginosa, se vuelven obsoletos.

Además, pensemos en los casos en los que un banco adquiere a otro, por lo que no sólo engrosa una cartera de clientes o servicios, sino también de procesos y sistemas, ya que absorbe contratos de software previamente firmados, que vuelven la operación aterradora. Es como tener que cambiar el ala de un avión mientras permanece en vuelo y con los clientes a bordo.

¿Quién podría innovar y competir ante las nuevas opciones de las fintech, cuando lo urgente es subsanar la operación diaria? Más que una pregunta, parece que estamos ante la respuesta de por qué la banca tradicional no encuentra salida para competir ante empresas más ágiles y centradas en la tecnología. Es extraordinariamente difícil mantener un ecosistema legado operativo y, al mismo tiempo, implementar nuevos procesos.

No sugiero que el mal manejo de las estructuras tecnológicas dentro de la banca tradicional pueda desencadenar una crisis financiera global; pero, sin duda, son la causa de una enorme ineficiencia, insatisfacción del cliente y pérdidas estimadas en cientos de miles de millones de dólares dentro de las empresas.

Lo que sucede en las grandes empresas de cualquier industria, no sólo en bancos, es que los tomadores de decisiones construyen o adquieren herramientas de software a medida de algo en particular. Con el tiempo se despliegan más y más tecnologías que se suman a otros sistemas y procesos, hasta que se tienen miles de hilos separados que dificultan la comunicación y el intercambio de datos entre los departamentos.

La tecnología segmentada obstruye la comunicación y crea un costo de oportunidad perjudicial. Los departamentos dentro de una organización operan de manera aislada, cada uno con su propio software especializado y repositorio de datos. Entonces, cuando un cliente interactúa con múltiples facetas de la institución, la experiencia se siente desarticulada e ineficiente.

Curiosamente, la entropía tecnológica también incluye la falta de voluntad para abordar este tema, por temor a empeorar las cosas, sin tomar en cuenta que no innovar conduce a mayores costos de mantenimiento y más vulnerabilidad en las brechas de seguridad, un tema delicado en cuestiones bancarias.

A la pregunta de si las fintech son una amenaza o un antídoto, desde mi experiencia la respuesta es que las segundas aportan una colaboración interfuncional. Con sus equipos ágiles y flexibles, además de pilas tecnológicas de vanguardia, las startups tienen la libertad de experimentar e implementar con mayor velocidad que las empresas tradicionales.

Editor: Expansión, MX

Nota del editor: Julián Colombo es CEO y Fundador de N5. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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