Estaba Pistacchio en prision por un crimen que no cometió (como los de Brigada A, pero sin el doblaje ese raro que hacían cuando tenían que decir el apellido de Melinda).
Aburrido de esperar un rescate cinematográfico tipo Chapo Guzmán, se enfocó en organizar uno más literario.
Decidió fingir su muerte.
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Para esto contaba con un cómplice en el exterior que le enviaría unas píldoras de efecto opuesto.
La primera (azul) actuaria en forma casi instantánea, paralizando sus miembros y reduciendo su metabolismo al mínimo. Cualquier observador lo consideraría muerto.
La roja, de muy lenta actuación, lo reviviría unas horas más tarde.
El problema es que su cómplice era lo que en círculos distinguidos se conoce como un “cabeza de termo” que al arrojarle el frasco por la ventana en la más cerradas de las noches le grita “te puse dos de cada una por si en la oscuridad se te pierde alguna”.
Así que Pistacchio enfrentó el siguiente dilema.
No se ve absolutamente nada y tiene un frasco con cuatro píldoras, dos de cada color.
Debe tomar una roja y una azul. Si toma dos del mismo color muere.
Pistacchio resolvió el problema con la velocidad y eficiencia habituales y encima al salir desenterró el tesoro de un tal Faria.
Podrías explicar cómo lo hizo?
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Lo que debe hacer Pistacchio es cortar las píldoras a la mitad. A medida que divide una píldora, coloca una mitad en su boca y la otra mitad la separa dentro del frasco. Cuando haya repetido este proceso con las cuatro píldoras, habrá consumido en total 1 píldora roja y 1 azul (dos mitades de cada una)
