Es una subcategoría de fintech que busca democratizar los servicios relacionados con las inversiones. Por qué está en auge y cuáles son sus perspectivas de crecimiento y facturación.
por Carlos Toppazzini | 05 de mayo de 2022 – 11:42
Por estos tiempos, el sector financiero, con las empresas fintech a la cabeza, enfrenta el gran desafío de aumentar el nivel de educación financiera, especialmente en Latinoamérica. En la región, en promedio, más del 60% de las personas no ahorra o lo hace de manera informal; y, la mitad de los que sí pueden guardar algo de dinero, no logran juntar 100 dólares al mes.
En ese escenario, justamente, las denominadas wealthtech comenzaron a ganar terreno en la última década. De hecho, este fenómeno registró un crecimiento de más del 400% en la región y, en el último año, las aplicaciones de mayor incremento alcanzaron a facturar cerca de US$ 930 millones.
¿Su mérito? Transformarse en un camino real para democratizar la banca gracias a que ofrecen herramientas digitales fáciles de usar y de bajo costo que permiten a los usuarios identificar la mejor forma de invertir sus ahorros y gestionar su patrimonio de manera online.
“La pandemia aceleró la evolución de muchas industrias y la financiera no fue la excepción”, señala Julián Colombo, CEO de la fintech N5 Now.
Según el especialista, las personas comenzaron a demandar en mayor medida el acceso a servicios que antes sólo pertenecían a los grandes capitales.
Por eso, “las empresas wealthtech aumentaron su desarrollo y lograron consolidarse, convirtiéndose en herramientas esenciales para gestionar las finanzas e inversiones”, asegura Colombo.
Según Insider Intelligence, en el tercer trimestre de 2021, las wealthtech fueron la única subcategoría entre las fintech en alcanzar un récord de 132 acuerdos financieros a nivel mundial.
Por su parte, Pablo Juanes Roig, co-fundador y CEO de la wealthtech Banza, sostiene que uno de sus principales catalizadores del auge de las fintech que trabajan sobre verticales de ahorro e inversión fue cuando “se destrabó la apertura de las cuentas comitentes o de inversiones en una sociedad de bolsa (con la cual los inversores podían operar en el Mercado de Capitales y la Bolsa), que antes requerían de una burocracia enorme”.
Entonces, comenta, “las empresas empezaron a incorporar tecnología y se inició un proceso de democratización de las inversiones”. En efecto, reconoce, “la tecnología cumplió un rol clave como catalizador de los procesos de transformación digital”.
Las wealthtech en el escenario global
En la región, para fines de 2021 había unas 222 wealth tech, de las cuales, las 9 de mayor crecimiento alcanzaron a facturar unos US$ 928 millones.
En Argentina, en tanto, actualmente se registran 7 compañías, aunque la mayor concentración de esta subcategoría se observa en Estados Unidos y en Asia donde, en este último caso, tuvieron un aumento del 2.893% en la financiación, entre fines del 2020 y comienzos del 2021, con una recaudación total de 449 millones de dólares en el primer trimestre del año pasado.
Por otro lado, entre los múltiples servicios que ofrecen las wealthtech, se destacan dos dirigidos al consumidor final: las plataformas o brokers online, que se usan para comprar y vender acciones u otros activos financieros, y los Robo Advisors que “son chatbots que asesoran, ofrecen opciones siguiendo reglas lógicas y realizan un gran número de transacciones de forma automática y accesible”, explica Colombo.
A nivel profesional, existen servicios enfocados en el análisis de datos financieros, herramientas para la inversión y diferentes softwares para las gestiones financieras e insights de los mercados.
La regionalización de la industria
Si bien esta evolución en la industria financiera trae consigo un sinfín de beneficios, como reducción de costos, aumento de rentabilidad y nuevos modelos de negocio que apuestan a la inclusión financiera, Colombo advierte que la regulación de inversiones es muy específica y diferente para cada país.
“Este escenario obliga a las fintech a realizar un gran esfuerzo de localización al cambiar de geografía, perdiendo eventualmente las ventajas competitivas que tenía en su lugar de origen”, cuenta.
En esta línea, otro desafío al que deben hacer frente es la preferencia de los clientes a adoptar una fintech que les da dinero (crédito) a una que les cuida el dinero (inversión). En toda crisis o aumento de inestabilidad se produce un “flight to quality”, aclara Colombo, en donde las empresas menos reconocidas o sólidas “ven sus saldos fugarse hacia bancos más seguros, lo que puede provocar riesgos de liquidez”.
Wealthtech: perspectivas y desafíos
Lo cierto es que la transformación digital continuará desafiando a la industria y las wealthtech serán protagonistas de esta revolución “ya que hay un gran espacio en el mercado para fintech que ofrezcan productos de ahorro e inversión simples, así como para aquellas que agreguen productos diversos como supermercados de la inversión, en donde sea posible adquirir fondos de muchas instituciones diferentes, con precios transparentes y comparables”, puntualiza Colombo.
Por su parte, Pablo Juanes Roig, considera que el gran interrogante será ver cómo se diferenciarán las empresas y, para él, deberá darse “a partir de la oferta de producto y la experiencia de usuario que se le brinde al cliente”.
Sin dudas, agrega para finalizar, “queda mucho por crecer porque todavía son demasiadas las personas en el país y en la región que eligen dejar su plata debajo del colchón o en un plazo fijo y son reacios a las plataformas tecnológicas”.
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