El teletrabajo y su impacto en la sostenibilidad medioambiental han cobrado una relevancia significativa, especialmente desde el año 2020, cuando la modalidad remota se convirtió en una necesidad imperante debido a la pandemia del Covid-19.
Ante la urgencia de asegurar la continuidad laboral de forma segura, muchas organizaciones adoptaron esta práctica de trabajo desde casa.
Según un estudio divulgado por Greenpeace, se revela que la industria del transporte es la principal emisora de dióxido de carbono, lo cual contribuye a la calidad del aire deteriorada en las áreas urbanas.
Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el principal beneficio del home office. La modalidad de teletrabajo surge como una solución prometedora al reducir la necesidad de desplazamiento diario en vehículos privados, especialmente aquellos que funcionan con combustibles fósiles como diésel o gasolina. Como resultado, se logra una disminución significativa en el consumo de estos combustibles y, por ende, en las emisiones de gases de efecto invernadero.
No obstante, al evaluar la sostenibilidad y las emisiones de CO2 asociadas al teletrabajo, es fundamental considerar no solo el aspecto del transporte, sino también las emisiones derivadas del funcionamiento de la oficina o el espacio de trabajo en el hogar.
Diversos estudios basados en datos promedio de consumo en hogares, oficinas y movilidad de los trabajadores han revelado que el trabajo desde casa genera una huella de carbono aproximada de 0,94 toneladas de CO2 eq por trabajador y año, en comparación con las emisiones asociadas a trabajar desde una oficina, que alcanzan alrededor de 1,46 toneladas de CO2 eq.
Esto supone un incremento del 57%. Aunque las emisiones por trabajador pueden ser mayores en el entorno doméstico (debido a la distribución entre múltiples trabajadores), la eliminación del desplazamiento convierte al teletrabajo en una opción más favorable desde una perspectiva medioambiental.
En resumen, el teletrabajo no solo ofrece beneficios en términos de seguridad y continuidad laboral, sino que también desempeña un papel crucial en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Al adoptar esta modalidad, se contribuye a mitigar el impacto negativo del transporte en el medio ambiente, fomentando así la sustentabilidad y la protección del planeta.