Panel durante el Tech Day 2025 Medellín, un espacio donde líderes de la industria tecnológica compartieron sus experiencias sobre la adopción de la IA en la región.
La inteligencia artificial (IA) dejó de ser un tema futurista para convertirse en una realidad que atraviesa las organizaciones. Pero su adopción no ha sido homogénea: mientras algunas empresas ya construyen sistemas de agentes avanzados, otras apenas experimentan con pilotos. En un panel reciente, líderes de diferentes compañías compartieron sus visiones sobre cómo la IA está transformando los negocios y qué retos enfrenta nuestra región.
De la curiosidad al paradigma
La conversación comenzó con un repaso sobre la evolución del uso de la IA en las organizaciones. Al inicio, predominaba la curiosidad y las pruebas de concepto. Con el tiempo, surgió la necesidad de una visión estratégica. Hoy, la integración de agentes inteligentes y modelos de copiloting está permitiendo pasar de impactos aislados a transformaciones sistémicas que buscan eficiencia, conocimiento compartido y nuevas formas de trabajo híbrido.
El cambio en el área comercial
Desde la perspectiva comercial, la IA está revolucionando la forma de vender. El 80% de los procesos de prospección, análisis de propuestas y respuestas a RFPs ya se apoyan en inteligencia artificial. El objetivo no es solo agilizar tareas, sino ser más consultivos y proactivos: anticiparse a las necesidades del cliente, en lugar de esperar a que llegue con un problema.
Una mirada crítica desde Latinoamérica
No obstante, la adopción en la región es desigual. Un panelista señalaba que muchas veces en Latinoamérica no creamos, sino que adoptamos lo que viene de afuera. Con el 37% de la población aún sin acceso a internet, los beneficios de la IA corren el riesgo de concentrarse en las grandes ciudades. Además, el 70% de los pilotos de IA en el último año han fracasado, en parte por falta de adaptación cultural y por seguir recetas internacionales sin considerar la realidad local.
Cultura, confianza y adopción
La conversación también giró en torno a la cultura organizacional. La IA exige confianza, tanto dentro de las empresas como hacia los clientes. Los ejecutivos coincidieron en que no basta con habilitar herramientas como ChatGPT o Copilot: se necesita capacitar, experimentar y generar un cambio de mentalidad. La confianza no se construye de un día para otro, pero es esencial para que la IA no sea percibida como un riesgo sino como una aliada.
Retos y oportunidades para la región
Entre los grandes desafíos destacan:
- Acceso desigual a la tecnología: no todos los usuarios tienen la misma oportunidad de aprovecharla.
- Sesgos en los modelos: si los equipos que diseñan IA no son diversos, los algoritmos replican prejuicios.
- Juicio crítico: se requiere más disciplina en la validación de resultados, evitando depender ciegamente de respuestas automáticas.
Sin embargo, también hay oportunidades enormes. Casos en Perú y Argentina muestran cómo la IA puede llevar microcréditos e inclusión financiera a comunidades excluidas, otorgando dignidad y acceso a servicios que antes eran impensables.
IA con propósito
Finalmente, todos coincidieron en que la inteligencia artificial no define por sí misma un propósito: este lo ponen las organizaciones y las personas. La clave está en diseñar soluciones que combinen lo mejor de lo digital con lo humano, generando valor sin perder criterio propio. En palabras de los panelistas, se trata de un cambio de paradigma: no solo una nueva tecnología, sino una forma distinta de ver el mundo.
📌 Conclusión: La IA abre enormes posibilidades, pero su adopción en Latinoamérica exige una mirada crítica y responsable. No basta con importar modelos: necesitamos soluciones con identidad propia, inclusivas y diseñadas para generar confianza. Solo así podremos hablar de una inteligencia artificial con verdadero propósito.