IDEAS, según Tom Ze y su destino
Una idea al principio no pesa, no ocupa casi sitio en la cabeza, es un elemento pobre. Vas con ella encima a todas horas, vives con ellas, y solo después de mucho tiempo comienza a tener consistencia. Entonces, un buen día, intentas sacarla adelante. Y es un fracaso. Un drama. Otro día intentas sacarla adelante y pasa lo mismo. Al día siguiente te pones y… Te estrellas otra vez. ‘Esto ¿qué es?, esto no es nada, ¡diablo!’, te dices. Pasas días y noches; te da hasta fiebre ponerte a pensar en esa ocurrencia tuya. Hasta que de repente chocas, tienes un encontronazo: ¡la IDEA ya está aquí!
Este extracto del libro Toma de guerra de Bruno Galindo pertenece al cantante Tom Ze. Tranquilamente podría ser una lección de management o de curso de creativos publicitarios, pero corresponde a este cantautor tropicalista brasilero.
Es probable que nunca hayas escuchado a Tom Ze, quizás sea la primera vez que sepas de él. Tom Ze nació en 1936 en la bahiana localidad de Irará; en los años sesenta fue de la camada tropicalista junto a Caetano Veloso y Gilberto Gil, en un segundo plano. Mientras sus pares de música popular brasilera saboreaban el éxito en los años setenta y ochenta, Tom iba perdiendo notoriedad y cuando estaba a punto de rendirse para volver a Bahía a buscarse la vida por fuera de la música, llegó una increíble llamada del destino.
En ese momento, David Byrne, cantante de los Talking Heads, abrió su sello discográfico Luaka Bop, especializado en lo llamado «world music». En un viaje a Brasil, compró un amplio surtido de vinilos viejos: entre ellos estaba uno de los tantos discos perdidos de la década del setenta. En resumen: el primer lanzamiento de Luaka fue una antología de Tom Ze, que le permitió seguir con su carrera de músico y convertirlo en un artista de culto en esta época de consumo de nicho.
Dos lecciones que deja Ze de todo esto: la conflictuada dinámica de las ideas, hasta que se materializan; y segundo, la persistencia, resiliencia y convencimiento de estar haciendo bien. La duda es, qué hubiese pasado si no estaba David Byrne en todo esto; existen más historias sin estos ángeles guardianes pero ante la oportunidad, Tom tenía contenido y consistencia, no era superficie.
Martin Gonzalez Esquerre para N5 Now, 2021