Europa y el Reino Unido fueron los pioneros en el movimiento de Open Banking, expandiéndose posteriormente por diferentes partes del mundo gracias a cambios regulatorios, avances tecnológicos, nuevos modelos de negocio y tendencias de consumo.
El concepto de Open Finance representa una evolución significativa respecto al Open Banking. En esta fase, los datos financieros, independientemente de su origen, pueden compartirse con diversas partes a través de APIs, brindando autonomía a los usuarios en el control de su información personal. Este intercambio de datos incluye entidades fiscales, plataformas de inversión y seguros.
Una de las características más revolucionarias de este nuevo modelo de intercambio de información es su capacidad para operar en diversas direcciones. Los usuarios pueden compartir información almacenada en sus cuentas bancarias con nuevas plataformas digitales, y viceversa. Es importante destacar que este intercambio no se limita exclusivamente a datos bancarios.
El sistema financiero abierto ofrece beneficios significativos tanto para los usuarios como para las instituciones financieras. Al permitir el intercambio fácil y seguro de información financiera entre diferentes organizaciones, se puede crear un sistema financiero más inclusivo. En otras palabras, se ofrecen más opciones de productos y servicios, permitiendo que un mayor número de usuarios se convierta potencialmente en nuevos clientes.
En este artículo, exploraremos cómo se encuentra el panorama de Open Finance en América Latina y las perspectivas para los próximos años en términos de innovación relacionada con este concepto.
La Implementación de Open Banking y Open Finance en América Latina
Aunque la industria reconoce su importancia, el avance de Open Finance en la región en 2023 ha sido moderado. México y Colombia no cumplieron las expectativas de definición de estándares, mientras que Perú permanece en un punto muerto. En contraste, Chile muestra signos de progreso prometedor, con previsiones sólidas para el futuro, y Brasil avanza con su regulación hacia una fase de conclusión.
El progreso en este movimiento está intrínsecamente vinculado a la capacidad y voluntad de cada país para abrazar esta transformación. La falta de impulso regulatorio limita el potencial del ecosistema, y un avance en este sentido podría proporcionar mayor dinamismo al sector.
Veamos cómo se encuentra la situación en cada país:
BRASIL
Brasil ha sido pionero en la adopción en América Latina, y su regulación de Open Finance, ya en vigor y en fase de conclusión, ha situado al país a la vanguardia mundial. Según datos del Banco Central, el sistema financiero abierto ya ha registrado más de 41,8 millones de consentimientos activos.
A medida que esta versión mejorada de Open Banking evoluciona, el acceso a los datos se vuelve aún más completo en el país, permitiendo la construcción de ofertas más dirigidas al perfil financiero de los clientes. El último lanzamiento de Open Finance, en septiembre de 2023, se centró en los datos de inversiones, donde los clientes de instituciones participantes del ecosistema pueden compartir sus datos relacionados con productos y servicios de inversión.
Para los próximos años, se espera un avance aún mayor, prometiendo transformaciones significativas, como:
- Superapps: Mejoras en las aplicaciones de grandes instituciones financieras que funcionarán como plataformas agregadoras, operando como marketplaces que reúnen toda la información financiera de los usuarios en una sola aplicación.
- Open Insurance: Busca permitir el intercambio de datos y servicios de seguros, contribuyendo al desarrollo de este mercado.
- Open Finance en Previsión: Con un enfoque en el mercado de entidades cerradas de previsión complementaria, facilitará la comparación entre diferentes planes con mayor transparencia, permitiendo la portabilidad entre planes y aumentando la eficiencia en la contratación de estos servicios.
ARGENTINA
Hasta ahora, Argentina no cuenta con regulación oficial. Sin embargo, el Banco Central de Argentina (BCRA) ha discutido iniciativas y, junto con la Unidad de Información Financiera (UIF), ha incluido algunas disposiciones regulatorias para respaldar el modelo de Open Finance. Estas incluyen legislación sobre el derecho de los consumidores a transferir sus datos y la autorización para que los bancos compartan datos de clientes, con consentimiento, para procesos de ambientación digital.
Sin embargo, estas disposiciones aún deben implementarse y, debido a la falta de estructura oficial, el Banco Industrial (BIND) lanzó su plataforma API BANK con Poincenot Technology Studio en 2018, convirtiéndose en el primer banco del país en ofrecer APIs abiertas al mercado.
Actualmente, las grandes organizaciones financieras tienen menos incentivos para adoptar Open Finance debido a la falta de regulación que los impulse en esta dirección. En este escenario, no se esperan grandes avances en este movimiento en los próximos años en Argentina.
COLOMBIA
Los años 2022 y 2023 marcaron un cambio de ritmo en la regulación de Open Finance en Colombia. Después de un período de consulta, el gobierno emitió el decreto 1297 en 2022, que profundizó la regulación de Open Finance en el país. Este decreto aborda la actividad de pagos a través de «sistemas de bajo valor», el procesamiento de datos personales por entidades supervisadas por la Superfinanciera, la oferta de servicios en canales no presenciales de terceros (BaaS), estándares de monitoreo de la arquitectura de Open Finance y la comercialización de tecnología e infraestructura para terceros.
A principios de 2023, el gobierno incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo una cláusula general que establece que las entidades y empresas estatales «deben proporcionar acceso y suministrar toda la información que pueda utilizarse para facilitar el acceso a productos y servicios financieros». De esta manera, el texto abraza el modelo empresarial en el que, una vez obtenida la autorización del titular, los datos pueden intercambiarse en el ecosistema financiero, con el objetivo de generar múltiples beneficios para los usuarios y el sistema en general.
Colombia tiene un modelo híbrido en el que las instituciones financieras lideran la implementación de Open Banking, en alianza con el regulador, desarrollando regulaciones conjuntas que permitirán casos de uso más viables.
MÉXICO
En México, la Ley de Regulación de Instituciones de Tecnología Financiera, uno de los primeros pasos a nivel mundial para regular el sector de Fintech y el modelo bancario abierto, se publicó en 2018. Sin embargo, no fue hasta 2020 que el Banco de México estableció las primeras reglas sobre Open Banking, inicialmente centradas en datos públicos, como la ubicación de cajeros automáticos e información sobre productos ofrecidos por instituciones financieras. Los bancos tuvieron más de un año para facilitar el acceso a este conjunto inicial de datos.
Sin embargo, las disposiciones para la segunda fase de Open Banking en México, que deben regular el intercambio de datos transaccionales, aún esperan ser publicadas. Paralelamente, un sólido ecosistema en torno a Open Finance está floreciendo en México, incluyendo agregadores de API, fintechs e instituciones financieras que ya aplican los principios de estos modelos bajo las leyes de protección de datos. Aunque los usuarios ya pueden dar su consentimiento para el procesamiento de sus datos, aún no existe una regla explícita que haga obligatorio este proceso para los bancos.
En los próximos años, la regulación podría dar pasos significativos, con la Comisión Nacional de Bancos y Valores Mobiliarios (CNBV) mostrando apertura, conocimiento, capacidad y una aproximación más cercana a las entidades involucradas en este movimiento.
CHILE
Chile es el país con la mayor penetración bancaria en América Latina (74,3%). La Comisión para el Mercado Financiero (CMF), junto con el Ministerio de Hacienda y el Banco Central, ya está trabajando en un plan para proporcionar una estructura regulatoria para ciertos modelos de fintech, como plataformas de financiamiento colectivo. Después de varios años de debate, la Ley Fintech chilena parece acercarse a sus etapas finales, y la CMF ha reflexionado sobre los beneficios de Open Finance.
El gobierno también ha implementado la Ley de Portabilidad Financiera, que permite a personas físicas y jurídicas cambiar libremente de proveedores de productos financieros, en una etapa anterior a Open Banking. Se espera que la CMF desarrolle una estructura general para especificar las reglas para el ecosistema de Open Banking en el país en los próximos dos años.
PERÚ
Aunque Perú aún no tiene regulación oficial para Open Banking o Open Finance, diversas autoridades y grupos en el país han expresado interés en estos modelos y han propuesto elementos iniciales para comenzar a definir un camino. El Grupo Fintech del regulador bancario peruano (Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones, o SBS) ha anunciado que tiene un diagnóstico inicial sobre Open Banking en Perú y está inclinado a evaluar el concepto más amplio de Open Finance, abarcando todo el sector financiero, incluyendo seguros y fondos de pensiones.
Por otro lado, un grupo de congresistas presentó una propuesta de ley que recibió la colaboración de agencias estatales y de la Asociación Bancaria Peruana. El Banco Central de Reserva del Perú respalda la propuesta y sugiere que debe tener la capacidad regulatoria para desarrollar bancos abiertos en el país. La Asociación Bancaria (ASBANC) también apoyó la ley propuesta, pero cree que no debe ser obligatoria porque no todos los bancos están en el mismo nivel de desarrollo tecnológico.
Paralelamente, en el escenario bancario peruano, algunas iniciativas sin regulación estatal ya están en marcha. En 2016, el Banco de Crédito del Perú (BCP) lanzó el sistema de pagos en tiempo real Yape para pagos entre individuos. En 2020, YellowPepper se asoció con los bancos BBVA, Interbank y Scotiabank para lanzar PLIN, un sistema competitivo.