La banca invisible se está convirtiendo en una realidad gracias al avance de las tecnologías de banca digital y a la integración de servicios financieros en nuestra vida diaria. La tecnología de la Internet de las cosas (IoT) juega un papel importante en este cambio, ya que los dispositivos portátiles pueden conectarse a las cuentas bancarias y permitir que las transacciones se realicen sin problemas. Además, la banca por voz también está ganando terreno, lo que permitirá a los usuarios realizar transacciones simplemente hablando con sus dispositivos.
Otro aspecto clave de la banca invisible es el bienestar financiero, ya que los bancos y las aplicaciones financieras ofrecen herramientas y consejos para ayudar a los clientes a administrar sus finanzas de manera más efectiva. Las aplicaciones de bienestar financiero pueden ayudar a los usuarios a comprender sus patrones de gasto y ofrecer consejos para ahorrar más y evitar gastos innecesarios.
En el futuro, se espera que la banca invisible sea aún más automatizada y personalizada, con servicios bancarios integrados en todos los aspectos de la vida cotidiana. Por ejemplo, un automóvil conectado podría realizar automáticamente un pago de estacionamiento al salir del estacionamiento, o una nevera inteligente podría realizar automáticamente un pedido de comestibles y pagar por ellos.
Si bien la banca invisible ofrece muchos beneficios en términos de conveniencia y eficiencia, también plantea preocupaciones sobre la seguridad y la privacidad de los datos financieros de los clientes. Los bancos y las empresas de tecnología deben tomar medidas adecuadas para garantizar que los datos financieros estén protegidos y que se respeten los derechos de privacidad de los usuarios.